¿Qué hace un músico en vacaciones?
Todos los años por estas fechas dedico muchos minutos en las sesiones para convencer a los músicos que tienen que descansar 2 ó 3 semanas en vacaciones, que es bueno, positivo, yo diría que hasta necesario. Convencerles no es una empresa fácil, aparecen siempre argumentos en contra, el más repetido tiene que ver con las consecuencias negativas de la pausa veraniega, que luego al retorno a la actividad interpretativa notan mucho (muchísimo, es horrible…) la pausa y les cuesta mucho (muchísimo, es horrible…) volver al nivel que tenían antes de la pausa, algo totalmente infundado.
También hay otros argumentos, como el pasar ese tiempo en cursos de verano, como profesor o como alumno, o esos días como estoy en el pueblo toco con la banda de allí o solo toco media hora por las mañanas.
Es dificil lograr que estén 3 semanas sin tocar el instrumento, algo que debería ser normal, pues son vacaciones.
La relación amor-odio del músico con su actividad surge aquí con crudeza y no deja que el músico pueda disfrutar de otras actividades lúdicas con la familia, amigos o conocidos. Parece que perdemos el tiempo en esas actividades, que perderemos la carrera (¿) y la competición (cuidado con la competitividad tan malsana de algunos músicos) si no estamos centrados en ella, si estamos 3 semanas sin ese entrenamiento (¿).
De todos los obstáculos que encuentra un músico para no poder conseguirlo, hay uno que es especialmente doloroso, es el de que no tengo nada mejor que hacer, total, solo toco media hora por la mañana. ¿Qué daño hacemos con esto,? parece que el psicólogo exagera un poco.
Muchas conductas negativas que en ocasiones realizamos no percibimos sus causas negativas en el momento, por eso las continuamos haciendo, son de efecto retardado. Os puedo asegurar que ésta (la de no tener una pausa de unas semanas al año de la actividad musical) es una de ellas. Los efectos negativos pueden venir de golpe o poco a poco, pero no os libraréis de ellos, en ocasiones pueden ser casi inadvertidos pero están ahí. Yo llevo toda la vida sin hacer eso y no he tenido ningún problema, argumentará más de un músico. Bueno, no sabemos si tu vida tendría mejor calidad si hubieses hecho las pausas.
Como digo, los efectos negativos en ocasiones no son visibles pero están, deteriorando un poco la relación de pareja, familiar o de contactos sociales, absorviendo tiempo que podríamos dedicar a otras actividades culturales, deportivas, de ocio, etc.
Un músico en vacaciones no puede hacer música o alguna actividad relacionada con ella. Puede hacerlo, claro, pero no serían vacaciones. Cuidado con la frase “mi hobby es la música” que oigo frecuentemente, para un músico su hobby no puede ser la música, como mi hobby no puede se la psicología o leer libros de psicología, o acudir a congresos de psicología o escribir este artículo. Son tareas agradables y placenteras, que tenemos el privilegio de que además son parte de nuestro trabajo, pero no son un hobby.
Un músico en vacaciones debe hacer cualquier cosa menos lo relacionado con su actividad, como cualquier otro profesional. Es una necesidad, nuestro cerebro, nuestro cuerpo (labios, lengua, hombros, brazos, dedos…), nuestra mente, necesitan un descanso. Además de llenar ese tiempo con actividades que no solo tienen la función de desconexión del trabajo, sino que nos pueden ayudar a madurar como persona y como profesional, realizar actividades recreativas, divertidas, lúdicas, leer, visitar amigos y familiares, hacer deporte, viajar a otras ciudades y paieses… sin llevarnos el instrumento o la boquilla.
Os deseo unas verdaderas vacaciones.