¿Son todos los músicos iguales?

Hoy tenemos el placer de publicar el artículo redactado por Mariola Lupiáñez Castillo, licenciada en psicología por la Universidad de Granada, especialista en intervención social.

Actualmente, es miembro del personal investigador del laboratorio de psicofisiología humana y de la salud, en el centro de investigación “Mente, cerebro y comportamiento” (CIMCYC) de la Universidad de Granada, donde además realizo un doctorado investigando sobre como afecta la ansiedad escénica a los músicos de distintos géneros musicales.

Además, combina su trabajo como psicóloga con el aprendizaje de la percusión y el cante flamenco.


«¿Son todos los músicos iguales?»

por Mariola Lupiánez

 

«La literatura científica sobre el músico y su invididualidad es extensa. Podemos encontrar numerosa información sobre la personalidad del músico, el efecto de la carga mental en su rendimiento, la concentración, motivación o la repercusión de la ansiedad escénica en su vida profesional y personal. Sin embargo, cuando se profundiza un poco más en los artículos vemos que la inmensa mayoría  de los participantes son músicos clásicos.

En el caso de España, en algunos conservatorios se cursan enseñanzas de otros géneros musicales, como son el flamenco, jazz o rock. Teniendo en cuenta las peculiaridades de estos distintos géneros musicales, merecería una atención específica a como sus artistas manifiestan la preparación de espectáculos, la actividad pedagógica y el acceso a audiciones y oposiciones.

Con esta inquietud en mente, decidimos profundizar un poco más en las peculiaridades del flamenco, un género musical que se imparte en la modalidad de guitarra, cante y baile desde enseñanzas básicas (Jerez, Jaén, Córdoba y Almería) profesionales (Andalucía, Murcia, Valencia, Madrid, Castilla la Mancha) y superiores (Córdoba, Murcia y Barcelona). Entre estas peculiaridades están el contexto social donde nace, se aprende e interpreta; la forma de aprendizaje y el factor improvisatorio.

Estudios como  los de Hargreaves y North, señalan que el contexto social en el que se desenvuelve el artista pueden incidir en la creación, percepción e interpretación artística, así como en el desarrollo y permanencia de la ansiedad escénica. Teniendo en cuenta las peculiaridades culturales e históricas del flamenco, creemos que estas juegan un papel importante en el desarrollo del músico, de su personalidad y su interpretación. Y es que el flamenco se origina en un contexto social muy diferente al del resto de géneros musicales. Nace como una música de tradición oral, basada en el folclore andaluz e influenciada por muchas otras culturas, cuyo contexto se fundamenta en la celebración y la fiesta de la clase media baja urbana.

La forma de aprendizaje es otro de los factores que más inciden en el desarrollo del bienestar del músico, así como en el desarrollo de la ansiedad escénica en los músicos. En el caso de los conservatorios, las metas que se plantean al alumnado presentan en la mayoría de las ocasiones un carácter de competitividad que puede ocasionar el desarrollo de ideas irracionales y estilos de afrontamiento negativos, situaciones estresantes para las cuales no han recibido ningún tipo de ayuda ni formación de manera sistematizada.

Respecto a la forma de transmisión y aprendizaje del conocimiento, hasta hace poco se llevaba a cabo de forma oral e informal mediante la observación e imitación, a diferencia de la música clásica, que nace en un contexto más formal e intelectual de clases altas. No obstante, esta forma de transmisión de conocimientos cambia radicalmente cuando el flamenco se incorpora a la educación formal de los conservatorios en los años noventa. Aun así, su estudio sigue siendo menos estricto que el de las enseñanzas clásicas ya que se combinan ambas formas de aprendizaje: el formal y sistematizado, con la tradición oral e imitativa de la enseñanza no formal y ajeno a las instituciones educativas oficiales.

Otro aspecto que diferencia al flamenco de cualquier otro género es su marcado carácter improvisatorio, al no tener que imitar un modelo exacto de música ni seguir una partitura. Kaspersen y Gunnar estudiaron la ansiedad escénica entre una muestra de estudiantes de música noruegos, donde determinaron que la capacidad de improvisación de los músicos de jazz estaba relacionada con un nivel bajo de ansiedad escénica durante las actuaciones.

Como podemos observar, son muchas las peculiaridades de este género musical que pueden marcar la trayectoria personal, profesional e interpretativa de los músicos que lo interpretan. Estamos seguros que, si el lector siente curiosidad, podrá encontrar en otros géneros musicales como el rock o el jazz muchas similitudes y diferencias, que sin duda harán de ellos músicos totalmente diferentes. Sería interesante investigar cómo afectan estas peculiaridades a los distintos grupos de músicos según su género musical, a su interpretación y bienestar en el escenario, a fin de establecer en el futuro programas formativos y de intervención específicos para cada uno de ellos.»