Solista de trompa de la orquesta sinfónica de Castilla y Leon, profesor del conservatorio superior de Salamanca, desde hace más de 15 años es invitado de manera habitual a tocar con orquestas «top» en todo el mundo.
¿Que piensas cuando sales a tocar ante el público?
Después de mucho pensar durante años a la hora de estudiar, hoy en día, cuando actúo en público sólo pienso en qué quiero escuchar. Busco estar relajado y sobre todo disfrutar, me he hecho un poco egoísta, toco porque me gusta, intento disfrutar y pasarlo bien y seguro que el público también disfrutará. En otra época estaba más ocupado en tocar para los demás, lo cual hacía que estuviese más tenso y sobre todo que disfrutara poco. Hoy me centro en tocar para mí antes que para nadie.
¿Te pones nervioso cuando tienes concierto?
Por supuesto, y creo que todo el mundo se pone nervioso. Por otra parte si es cierto que con el tiempo he aprendido, de forma autodidacta, a gestionar el estrés que genera una actuación pública. Me parece fundamental que se introduzca en la formación del interprete el entrenamiento mental para la actuación de cara a preparar y prever las diferentes situaciones que debe afrontar el músico que se expone ante la audiencia.
¿Es cierto ese mito de que la trompa es uno de los instrumentos más difíciles de tocar?
No voy a decir que sea un instrumento fácil, pero sí creo que debemos derribar el mito de la trompa como un instrumento endiablado que siempre falla. No es cierto que siempre falle y, además, cuanta más importancia le demos al fallo, será peor. En mi opinión, difícil es una cirugía y sobre todo lleva aparejada una responsabilidad. Tocar, interpretar hacer música, eso lo deberíamos hacer buscando disfrutar siempre, aceptando que puede haber fallos.
¿Que consejo darías a los estudiantes que se tienen que enfrentar a una audición en breve?
Es difícil, pero uno general para todos sería que el momento de la actuación no es momento de pensar en el proceso, no es momento del “COMO” sino que es momento del “QUE”. Pienso que es momento de focalizarse en el fin, en la versión que quiero hacer, lo que quiero transmitir.
¿Es difícil el trabajo de un solista de trompa?
Insisto en que difícil son otras cosas, otros trabajos, nosotros trabajamos en lo que nos gusta, nos pagan por disfrutar. Creo que a partir de ahí se trata de ser prácticos, de hacer las cosas sencillas y no hacerlas más complicadas de lo que son. Salir a un escenario supone exponerse, ser evaluado, estar preparado para gustar, para no gustar y para hacer el ridículo. Solo el que no sale a un escenario no se enfrenta a esto.
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