Guillermo Dalia

Mi pasado como músico

Aunque soy Psicólogo Clínico, dentro de mí habita un músico que me acompaña desde mi más tierna infancia. Nací en un pequeño pueblo de la Comunidad Valenciana (España), en estas tierras la música es algo especial, para la sociedad, para las familias, para las personas. Hoy en día muchas cosas siguen igual, pero entonces la música tenía mayor presencia en nuestras vidas, no existían tantas posibilidades de entretenimiento, no existía internet, ni los teléfonos móviles, ni Facebook,… (¡y éramos muy felices!), y el estudio de la música, tocar un instrumento o asistir a los ensayos de la banda era algo especial. La mayoría de niños y niñas después del colegio nos llevaban (a esas edades son los padres los que acertadamente eligen la actividad para sus hijos) a “solfeo” para poder aprender a tocar un instrumento y poder pertenecer a la Banda de la Sociedad Musical.

La música en la familia

Mi padre era músico aficionado, tocaba la trompeta, era uno de los miles de músicos aficionados que formaban la mayoría de bandas de música de la comunidad valenciana. Aficionados que tenían una capacidad para la música asombrosa, que la sentían y la vivían de una manera como nunca luego he visto, que después de una larga jornada laboral (algunas condiciones de trabajo hace 50 años eran duras), a las 10 de la noche iban a ensayar hasta bien pasada la media noche, para después descansar 4 ó 5 horas antes de incorporarse al trabajo.

Tengo muy vivo el recuerdo de aquellos ensayos, mi padre me llevaba con él cuando todavía yo no estudiaba música, cuando tenía pocos años. El aroma de aquellas vivencias siguen en mí, aquel último piso del edificio del ayuntamiento que se habilitó como local de ensayo, con una acústica que ahora diríamos horrible, con unas condiciones que ahora diríamos nefastas … con muchas carencias que en aquellos tiempos no existían. Existía el ensayo, el nuevo reto: la nueva obra o el nuevo pasodoble para tocar, existía un grupo de amigos de toda la vida que se juntaban con un propósito: hacer música, vivir y sentir la música de un modo especial.

Ahora, después del tiempo trascurrido puedo observar algunas situaciones que me resultaban chocantes sin yo saberlo, hombres fuertes, grandes, rudos, y a la vez con una sensibilidad para la música conmovedora, algo que desde la infancia veía como un contraste curioso.

Las experiencias que viví en la infancia relacionadas con la música siguen en mí de una manera dulce. Recuerdo las clases de solfeo en un sótano donde un músico de la banda nos introducía en el solfeo, el método de Don Hilarión Eslava, del que todavía me vienen a mi mente las contagiosas melodías de muchas de sus lecciones. Recuerdo la carpeta azul donde guardaba el método, los repasos con mi padre de las lecciones. Recuerdo sobre todo cuando me dieron la trompeta, el frío contacto de la boquilla en mis labios, y el día en que entré en la banda, ese día es especial, una ceremonia envuelta de ritos para acompañar al nuevo miembro. Después de eso, centenares, miles de experiencias musicales: las audiciones, los errores en los solos, la vergüenza al tocar, los nervios, sí, el miedo escénico que sufrí, pero también, la fiestas, los pasacalles, los conciertos, las nuevas amistades, l satisfacción de un buen concierto, los viajes, etc.

La formación como psicólogo

El tiempo pasó e inicié mis estudios en la Facultad de Psicología de la Universidad de Valencia y los primeros años de Conservatorio, pero no pudiendo compaginar ambos me decanté por la psicología.

En mi formación como psicólogo descubrí la Psicología Clínica, que me fascinó desde el primer día y a la que quise dirigir mi futuro profesional. Ya como Psicólogo Clínico descubrir algunos músicos que me visitaban porque se ponían “nerviosos” ante un concierto o prueba. De nuevo la música vino a mí, comencé a investigar todo lo relacionado con el miedo escénico, y más allá, con todo lo relacionado con la actividad musical: cómo se estudia, la relación del músico con la música, qué papel juegan los padres en los estudios, etc. De nuevo la música estaba en mi vida, desde otra perspectiva.

El presente

Ahora acompañando a los músicos a superar algunos obstáculos, a que puedan rendir más en sus actuaciones, a que sean un poco más felices. Por todo esto, aunque soy Psicólogo Clínico, dentro de mi habita un músico que me acompaña desde mi más tierna infancia.