Hoy vamos a hablar de ese músico que todos llevamos dentro. El músico que es duro y crítico consigo mismo y con los demás, ese músico que en algunas ocasiones nos impide avanzar y más que ayudarnos, nos perjudica.
La música clásica se ha vuelto muy competitiva. Hacer carrera como músico profesional se ha vuelto un arduo camino; un viaje de exigencia con nosotros mismos y con lo demás. Realizamos oposiciones, concursos, audiciones, miles de ensayos… con unos estándares de rendimiento muy elevados, y en ocasiones esto nos perjudica. Mostramos actitudes y conductas negativas hacia nosotros mismos y hacia nuestros compañeros de profesión.
Vamos a realizar un repaso sobre ese «músico nocivo» o «músico oscuro». Puede que algunas prácticas las reconozcas en ti mismo, puede que otras no, quizás algunas en tus compañeros. Recuerda que la finalidad de esta publicación es sacar algo en positivo, no remarcar los aspectos negativos. Para ello, vamos a ofrecer algunos consejos para vivir con la música de manera mas saludable y productiva.
Con nosotros mismos
- «Nunca es suficiente». Tendemos a pensar que nuestros logros son fruto de la suerte..»La audición ha sido fácil» o «La pieza no era muy complicada». Cuándo alcances uno de tus objetivos a corto o largo plazo, repasa el camino recorrido y valora de forma objetiva a que se debe. Aumentará tu sentimiento de autovalía.
- La Autocrítica. «Nunca estoy a la altura» o «Debería haberlo hecho mejor»… los músicos somos muy críticos con nosotros mismos. Es importante valorar las cosas de forma objetiva, por ejemplo, con una lista de los puntos positivos y negativos después de la actuación y entonces si, hacer balance.
Con nuestros compañeros
- Críticas destructivas. Por la educación musical que hemos tenido, también criticamos a nuestros compañeros. En ocasiones dudamos de su preparación musical. Como consejo, práctica la formulación de críticas constructivas, basadas en la honestidad, el respeto y la objetividad. Así, conseguirás que tu compañero mejore su interpretación y vuestra relación laboral y personal se verá beneficiada.
- Incomodamos a nuestro compañero. ¿En alguna ocasión has molestado a tu compañero durante su solo? Un contexto competitivo en el que sentimos la presión y la exigencia en nuestras hombros, promueve este tipo de conductas. En ocasiones como esta, respeta a tu compañero y recuerda que la calidad de su interpretación beneficia a todo el colectivo musical. En cambio, puedes tratar de darle la enhorabuena después de una buena interpretación.
Quizás has reconocido algunas de estas actitudes o has recordado otras que también resultan perjudiciales. En muchas ocasiones, no cambiamos una conducta simplemente porque no la reconocemos.
El músico contemporáneo tienen las capacidades y herramientas necesarias para, a través de pequeños cambios en sus actitudes y conductas, darle la vuelta al «músico nocivo». De este modo, puede hacer de su profesión algo más saludable y placentero, tanto para si mismo como para su entorno.