Los grandes pensadores comparan la mente como un río en el que no dejan de bajar troncos de árboles, así en nuestra mente existe un flujo constante de pensamientos. Pensamientos de distintos tipos; positivos, negativos, agradables, desagradables, más simples, más complejos; al fin y al cabo, pensamientos y mas pensamientos que no dejan de bajar por el río que es nuestra consciencia. Nosotros no podemos parar ese flujo de pensamientos al igual que no podemos parar el flujo de troncos río abajo.Si subimos en uno de esos troncos nos llevaran río abajo hacia donde ellos se dirigen y sufriremos el destino de estos troncos. Con los pensamientos nos ocurre lo mismo si los atendemos los haremos reales y viviremos las consecuencias del mensaje del que son portadores.
Tenemos muchos pensamientos automáticos que emergen en nuestra mente continuamente. Del mismo modo que el espectador en el río, puede subir o no al tronco que va río abajo, Nosotros podemos ser o espectadores de nuestra propia mente y únicamente observarlos viéndolos pasar sin más, viendo como surgen pasan y van desaparición de nuestra consciencia.
Las técnicas de consciencia corporal se basan precisamente en el siguiente principio: en potenciar esa visión de espectador, de ser capaz de aceptar el paso de los pensamientos sin “agarrarse” a ellos ni dejarse “sumergir” por ellos. Para no ser llevados río abajo por nuestros pensamientos, podemos practicar la focalización de la atención a otras partes de nuestro cuerpo. Con estas técnicas aprendemos a concentrarnos sin meternos dentro del río, aprendemos a centrar nuestra atención en otro lugar distinto a los pensamientos, podemos dirigir nuestro foco de atención a nuestros movimientos y a las sensaciones de nuestro cuerpo.
Con estos ejercicios vamos desarrollando la capacidad de manejo de la atención y concentrarnos en lo que solo en lo que deseamos y nos interesa.
Nuestra experiencia nos ha enseñado que la práctica de técnicas de concienciación corporal aportan al músico lo siguiente:
- Menores niveles de ansiedad escénica.
- Ejecución de la técnica de manera más eficiente, al reducir movimientos innecesarios.
- Mayor grado de consciencia con nuestro cuerpo, sus sensaciones y movimientos.
- Reducción en las tensiones musculares y del estrés físico
- Reducción en los niveles de dolor que padece el músico
- Mejora en los estados psicológicos
- Mayor tendencia a tener experiencias de Flow al tocar.
De este modo, desde el E.M.A se considera de relevante importancia combinar la gestión de pensamientos limitantes con la práctica de la consciencia corporal. Con este trabajo conjunto se consigue que el músico este más centrado en los movimientos que hace. El músico aprende a gestionar de manera más eficaz el estrés, la ansiedad y sus pensamientos limitantes. Esto se realiza mediante la práctica de ejercicios de escáner corporal, respiración y concentración.
ESCANEO CORPORAL
Túmbate de espaldas y ponte cómodo en un espacio cálido y tranquilo donde nadie te moleste. Puedes tumbarte en la cama, sobre una esterilla en el suelo, alfombra o similar. En cualquier caso, es aconsejable practicar sobre una superficie que sea cómoda y al mismo tiempo firme, de modo que te sostenga bien y te permita mantenerte “despierto”.
En primer lugar, cierra los ojos para favorecer la interiorización del ejercicio.
Céntrate en tu respiración y nota como el aire entra y sale de tu cuerpo llenando tus pulmones. Es una respiración natural, con la que te sientes cómodo.
A continuación:
- Intenta tomar conciencia de tu cuerpo como un todo, desde la cabeza hasta los dedos de los pies. Siente su peso en la superficie sobre la que estas e intenta ser consciente de todo lo que te llega: el peso, la temperatura, la textura, como te sientes. Recuerda que este es un espacio para dirigir la consciencia a las sensaciones físicas de tu cuerpo tal y como están. No buscamos cambiarlas, queremos ser conscientes de las sensaciones que percibes, solo obsérvalas con curiosidad y amabilidad.
- Ahora focaliza tu atención a cada una de las partes del cuerpo, permitiendo que descanse en cada parte durante unos momentos. Puedes empezar con la cabeza e ir recorriendo lentamente el cuerpo hacia abajo hasta los dedos de los pies, o viceversa. Conforme tomas conciencia de cada parte de tu cuerpo, trata de entrar en un contacto directo con tu experiencia corporal, observalo con toda tu atención y curiosidad, como si fuera la primera vez que contactaras con tu frente o tu dedo meñique. Al mismo tiempo, intenta aceptar las sensaciones tienes, algunas partes estarán relajadas y cómodas, otras en tensión o generarán incomodidad o malestar, otras que no notarás. La práctica consiste en aceptar cualquier sensación sin aferrarte ni rechazarlas.
- Cuando termines, centra tu atención de nuevo en todo tu cuerpo a nivel general, siendo consciente de todas las sensaciones, pensamientos y emociones. Respira hondo y nota como esa respiración afecta a todo tu cuerpo, haciendo que se expanda y se contraiga. Siente el cuerpo como un todo.
- Para terminar, felicítate por haber hecho esta práctica.
Si en algún momento durante la práctica de mindfulness observas que tu mente se distrae con un pensamiento, ruido, sensación, etc. se consciente de esta distracción y dirige de nuevo tu atención a la parte del cuerpo en que estabas centrado.
Fuente del ejercicio: https://psicologicespai.wordpress.com
F.Fermin Galduf (Coach de músicos y director del Instituto Gabou) info@coachingparamusicos.es
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