¿Y si le digo a mi profesor que me pongo nervioso en el escenario?

¿Y si le digo a mi profesor que me pongo nervioso

en el escenario?

Yo-soy-responsable  

 

La mayoría de músicos sufre miedo escénico, dependiendo de las investigaciones, el porcentaje varía, algunas de ellas nos dicen que la incidencia está en torno al 40 ó 50 %, pero otras en un 60 ó 70%. Realmente creo que la prevalencia es mucho mayor. Dependerá de lo que entendamos por “miedo escénico” y sobre todo de cómo configuremos la pregunta para medir esta respuesta entre los músicos. Si preguntamos directamente “sufres miedo escénico”, la mayoría podrán señalar que no, sobre todo los músicos profesionales, sin embargo, si hacemos la pregunta de otro modo los resultados cambian.

            Podemos preguntar si el nivel musical en el momento del concierto, prueba o audición baja respecto lo que se consigue en el estudio, o mejor, si en el momento del concierto o prueba no se puede disfrutar, si estamos más ptumblr_naz4cbrUhe1s0ii85o1_400endientes de la técnica (el sonido, la columna de aire, el diafragma, los dedos, la afinación, etc.) que de la música y la emoción, entonces el porcentaje sube a un 80 ó 90 % sobre todo en estudiantes.

            La mayoría de estudiantes ven menguado su nivel el día de la audición o prueba debido a los nervios del momento: sudoración, taquicardia, tensión muscular, temblores, sequedad de boca, pensamientos negativos, falta de concentración, etc.  Y ¿Qué hacen los profesores ante esto? La mayoría, tristemente nada, o esgrimen algunos consejos llenos más de buena voluntad que de acierto: “es falta de experiencia”, “tienes que estudiar más”, “te falta confianza”… estas frases suenan a algo parecido a “es por el horóscopo, hoy señalaba un mal día para ti”,  “ están Venus y Mercurio alienados» o “la luna menguante te afecta”. Podríamos seguir con el humor de la situación si no fuera porque con todo esto hay muchos alumnos y alumnas que sufren y padecen, un padecimiento que es evitable si se quieren tomar medidas

            El primer paso es hacer ver a los profesores y profesoras que el hecho de que sus alumnos lo pasen bien o mal, disfruten o no encima del escenario forma parte de la tarea docente. No pueden no hacerse cargo de esta situación y cargarla (casi culpabilizando) a los alumnos. La situación es triste y absurda a partes iguales.

            No me imagino un entrenador de cualquier disciplina deportiva que el día de la competición, si los deportistas fallan, bajan el rendimiento y pierden, atribuyan toda la responsabilidad a los deportistas. La preparación física, la preparación mental, la actitud, la serenidad, etc., que ha de mostrar un deportista el día de la competición le compete también al entrenador, el resultado final será el fruto del trabajo dimagese los dos, no solo del deportista, no solo del entrenador. Pero en la música no es así, si el alumno realiza una buena interpretación, el profesor suele salir satisfecho pues parece que su trabajo le da frutos, pero si el alumno se pone nervioso y no realiza bien su cometido, la responsabilidad es exclusivamente del alumno.

            Se necesita una reflexión seria y tomar medidas en todo esto.

            ¡Alumnos!, digan a sus profesores que ellos (también) son los responsables de todo lo que les ocurre encima del escenario, que dentro de la enseñanza y del trabajo docente también  cuenta lo que ocurre allí. Y si hay nervios o inseguridad no es por falta de trabajo, estudio, sacrificio, seguridad, etc., es porque aparecen unas respuestas de ansiedad que pueden y deben controlarse.