CUIDADO CON HACER MUCHOS CURSOS EN VERANO
Ya me he referido en anteriores artículos a la necesidad del descanso en cualquier actividad y sobre todo en la práctica musical, descansar un día a la semana por norma debería ser un hábito común de todo músico. Y tener vacaciones de nuestra actividad durante unas semanas también debería ser una acción tan común como sana.
Estamos en fechas donde prodigan cursos de verano para los músicos, de toda gama: para todas las edades, para todos los instrumentos, que van desde uno o dos días a varias semanas.
Los cursos de verano son una especial oportunidad para seguir la formación musical, pero no solo eso, en ellos podemos encontrar multitud de beneficios: contactar y conocer nuevos profesores y nuevas técnicas o maneras de estudiar, perfeccionar nuestra técnica musical, hacer nuevos contactos sociales, contactar con amigos y amigas que no vemos hace tiempo, exponernos a tocar ante otras personas, visitar nuevos lugares, etc. Además estos cursos se realizan en entornos agradables y cómodos: playas, montañas, lugares apartados y tranquilos, con instalaciones deportivas, piscinas, etc., donde los asistentes pueden disfrutar tanto de los cursos que se ofrecen como de las horas de descanso.
Son oportunidades para tener gratas experiencias, tanto en el ámbito musical como personal. Pero no debemos abusar de ellas, me refiero a que en muchos casos es lo que veo cuando hablo por estas fechas con algunos músicos (profesionales, profesores o alumnos) y me indican la “agenda de verano” que tienen para los próximos dos meses, repleta de cursos de verano, actuaciones y conciertos.
Debo de mostrarles y convencerles (algo nada fácil) lo perjudicial de no descansar varias semanas durante el verano.
Realizar un curso en verano es algo positivo y aconsejable como decía anteriormente, otra cuestión es por ejemplo hacer 2 cursos de verano de una o dos semanas cada curso, luego ensayar durante dos semanas con la banda u orquesta para preparar el concierto de Agosto, mientras seguimos estudiando diariamente.
Y esto ya no es ni positivo ni aconsejable, es necesario desconectar, parar de nuestra actividad que realizamos todo el años durante 3 ó 4 semanas y dedicarla a la familia, los amigos, a viajar, a leer, a realizar actividades recreativas, etc.
Siempre que surge este tema veo reacciones que giran en torno a que “no podemos parar tanto tiempo, luego notamos mucho esa parada”, cuestión que suele ser verdad pero por mera sugestionabilidad. Si durante 3 ó 4 semanas no tocas el instrumento, es lógico que al volver a él no estés al 100%, pero es que igual no necesitas estar al 100% el primer día que regresas a la actividad, si realizas un regreso paulatino, en 6 ó 7 días te encontrarás mucho mejor que incluso antes de las vacaciones.
Por lo tanto, bienvenidos los cursos de verano, pero cuidado con que no se vuelvan experiencias competitivas y que no nos permitan cogernos unas semanas de desconexión de la música.
Y cuidado con las advertencias de algunos profesores que alentan a los alumnos a que no pueden estar más de 4 ó 5 días sin el instrumento.