
Ante un error de un compañero
Ante un error de un compañero
Guillermo Dalia
Comentabamos en el artículo anterior qué hacer en el escenario si cometíamos un error, una situación que tenemos que preveer porque es seguro que va a ocurrir. Tenemos que enseñar a nuestros músculos a que no reaccionen en cascada y nos produzcan otros errores, pero ¿qué hacemos cuando el error lo comete un compañero?
Nuestra mejor reacción ante esto es precisamente que no exista reacción, continuar con lo nuestro. Por supuesto no mirarle en ese momento ni realizar ningún gesto ni de desaprobación ni siquiera de “tranquilo, no pasa nada”. Tenemos que tener esto en cuenta pues la comunicación no verbal nos puede traicionar y encoger las cejas levemente, mirarle aunque sin mover la cabeza sólo con la mirada, etc. Todo esto puede ser captado por la audiencia además de no ser nada positivo para nuestro compañero ni para nosotros.
Es algo que también tenemos que practicar en los ensayos: cuando un compañero hace un error y lo peribimos no debemos responder ante él.
En algunas orquestas y bandas de música ocurren situaciones vergonzosas que hay que erradicar, como por ejemplo mirar fíjamente al compañero que ha cometido el error, toser o hacer algún gesto manifiesto para poner en evidencia al colega. En estos casos hay que tomar medidas de información y formación para mejorar el clima en el colectivo y coercitivas para frenar y no permitir estas conductas en el seno de la agrupación.
Al terminar la obra y saludar, es preferible no hacer tampoco ningún gesto que venga derivado por el error del compañero, como mostrándole de nuevo “tranquilo, no pasa nada”. Las risas tímidas al finalizar mirando al colega que ha cometido un error no son lo más adecuado si estamos ante un público. Al finalizar debemos saludar, sonreir, agradecer, etc., de la misma manera que lo hacemos habitualmente, tanto si se han cometido errores o no.
Después, al salir del escenario no hay que darle importancia a lo acaecido, y si creemos que la tiene será mejor hablarlo otro día. Si vemos que estamos enfadados por los errores del colega y tenemos pensamientos muy negativos (“es un despistado”, “no estudia bastante”, “siempre hace igual”, “no lo soporto más…”) mejor decirle que tenemos que hablar sobre ello pero en otro momento, no en ese.
Estas situaciones es conveniente hablarlas y comentarlas con los colegas, ¿qué hacemos cuando alguien comete un error? ¿cómo nos sentimos si cometemos un error? ¿Qué pensamos que pensarán los colegas?… son reflexiones que conviene compartirlas con los compañeros… seguro que serán productivas y positivas, y como mínimo servirán en muchas ocasiones para ver que los fantasmas y miedos que tenemos sobre lo que piensan de nosotros los compañeros si erramos, los poseen ellos también.
Que la música os acompañe.